De qué hablo cuando hablo de montar

Hay una llamada íntima y preciosa en todo lo solitario, en el contacto directo y silencioso con las cosas.
Sobre la bicicleta, entrenando para hacer el camino de Santiago sobre dos ruedas con mi hermano, recordando al Santiago de "El viejo y el mar" y su respeto por el dolor y la fuerza.
Sobre el caballo, explicándole con el cuerpo y en silencio qué es lo que quiero que haga y agradeciéndole también en silencio que quiera trabajar conmigo y que, tras bajarme de su lomo, se acerque a mí para mostrarme el mismo cariño que le tengo yo.
Sobre la moto, aprendiendo a controlar la marea de mi cabeza que hace, en ocasiones, que me olvide de mi cuerpo, que es lo único que tengo. Preparándome para, algún día, poder hacer Córdoba-Varsovia (sí, por fin he aprobado el carné).

Montar solo y en silencio para poder acercarme más y mejor a los demás. Aprender a meditar sobre mi montura. Desplazarme sintiendo el desplazamiento. Conocer.

7 comentarios:

Guerrera dijo...

Yo he tenido la suerte de sentir la comunicación con el caballo, y no se puede explicar la satisfacción que produce. Creo que todo el mundo debería acercarse a él.
Yo sigo estudiando para conocerlo.

El Cinéfilo Ignorante dijo...

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La llamada íntima la siento / oigo / escucho todos los días. ¿Montar? Me suena a más de una cosa. Montar... Me gusta montar.

Pues esta tarde he estado en tres tiendas de bicis tres. No es una caballo precisamente, pero también podré dialogar con ella y pedirme que me dé fuerzas para salir y pasearme / pasearla al aire libre.

Eso es: libre. Como tú te quieres sentir, compañero. Como también lo quiere Guerrera. Ah, también nos une que queremos ser libres... en movimiento. Des-plzándonos.
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Juan Pablo Herencia dijo...

Hola, Guerrera.

La gente que conozco que dice que no quiere montar a caballo suele ser porque, según comentan, "les da miedo".
¿Habrá mejor razón para acercarse a un caballo que trabajar ese miedo con un animal dispuesto a ayudarte a ello?
Imagínate que los ascensores o los aviones se pusieran a ayudar a aquellos que les tienen miedo.

Me alegra que estemos montando y pueda haber eliminado el prejuicio que tenía al relacionar a los caballos solo con el pijerío y los señoritos de mi pueblo.

Juan Pablo Herencia dijo...

Hola, polo.

Ojalá le cojas el gusto a montar en bici y podamos hacer rutas juntos. Desde luego, si te la compras, la próxima vez que vaya a tu ciudad me llevo la mía en el transportín de mi coche y nos damos una vuelta. ¿Te parece? Así tienes excusa para organizar rutas suavecitas y agradables.

Y, si quieres algo de asesoramiento, llámame antes de decidirte por una u otra.

Es agradable estar solo si se comparte contigo.

Maite dijo...

¿El dibujo lo has hecho tú? Estaría bien que fuéramos los dos a montar en canoa.

El Cinéfilo Ignorante dijo...

¡Niño! Que te he llamado porque llevo unos días con la bici y estoy flotando. ¡Todavía no me he caído! ¡Tampoco se ha roto nada! Tengo un casco mu chulo -todo es plateado- y unos accesorios que molan. Amos, que la tienes que conocer y espero que me digas "Esa me gusta para ti".

Juan Pablo Herencia dijo...

¡Genial! Pues ya sabes, mañana te llamo y concretamos para ver si es posible ir a verte equipado con mi burra y salimos a dar una vuelta por ahí.