Amabilidad de perrera

Om Mahakala Kala Bikala Ratrita Dombini Chandali 
Rakshasi Singhali Devibhyo Hung Pet Om Shri Mahakala Hum Phat

Mantengo intacta mi cólera, sin odio, sin resentimiento ni rencor, pero disponible para todos los que no tengan medios de recurrir a ella, demasiado destruidos por los más salvajes.
Onfray, M. (2008) La fuerza de existir. Manifiesto hedonista. Anagrama.













Música: Monjes del monasterio de Gyütó - Tantra de Mahakala

11 comentarios:

nazapank dijo...

Un día tienes que escribir algo que no me deje preocupada.
Por favor.

Juan Pablo Herencia dijo...

Esta última no la he escrito yo (ya me gustaría), aunque la secundo.

Espero, al gún día, escribir algo para que dejes de preocuparte de mí y puedas quitarle el "pre".

Un beso.

Maite dijo...

Ya sabemos que la cólera sólo genera sufrimiento y cansancio, lo sabemos de sobra, que la ira es la más grande de las debilidades y que uno sólo ha de pelear consigo mismo.

M.

Juan Pablo Herencia dijo...

¿Lo sabemos? Puede que solo debieras escribir por tí, M.

La ira o la cólera pueden, y deben, ir encauzadas, en ocasiones (más de las que me gustarían) hacia otros, hacia aquellos que dañan con plena consciencia a los más débiles, fundamentalmente cuando de ello se obtiene al menos una parte de justicia para aquellos que no pueden tener lo justo ni por asomo.

Ciertas batallas interiores, en ocasiones, son meras excusas que se usan, también en ocasiones, como una buena forma de mantenernos en silencio y, para colmo, de desligarnos de los demás.

No puedes alcanzar la iluminación si no la alcanzan los demás y para eso, como primer paso, hay que aportar alimento (del tipo que sea necesario) y eliminar las barreras de acceso al mismo.
Incluso yo me he pasado muchos años en la autocompasión y la lucha interna y, aunque no han cesado, sí me han enseñado que no podré estar en paz mientras Roma arde.

polo dijo...

Todos tenemos asignada nuestra reserva de cólera. A mí me gusta la palabra "ira" porque sus sonidos describen la situación que se siente.

Suelen pagar otros la mala canalización de nuestra ira. Yo no sé muy bien cómo soltarla. Suelo mascullar frases de rabia contra alguien (casi siempre compañeros de trabajo -menos mal) y después se pasa.

A lo mejor es lo que tú llamas "batallas interiores".

Juan Pablo Herencia dijo...

Estas semanas, en la consulta, me estoy encontrando con varios casos de personas que han ido acumulando su ira sin saberlo, jodidos por los demás y tildándose a si mismos de ser buenos soportando.
Parece que se va, pero raramente se va.
Quizá lo mejor sea lo que deja entrever Onfray, transformarla en cólera sin odio, resentimiento ni rencor, como una fuerza motriz que puede llevarnos a sacar los dientes ante aquellos que se empeñan en joder las vidas de los demás como requisito para adornar las suyas.

Las batallas interiores no es que sean necesarias, simplemente son irremediables, pero no podemos, o no debemos, poner a nuestro apesadumbrado ombligo en el centro del universo.
Los "artistas" sabemos mucho de esto y cada vez estoy más convencido de que hacemos más daño que otra cosa con nuestra autoindulgencia.

Naz dijo...

Siempre me ha llamado mucho la atención la mala fama que se le ha dado al color gris (pese a ser el color del cerebro). El verde también es el resultado de una mezcla y tiene bastantes más adeptos...
Cuánto racismo cromático!!

Juan Pablo Herencia dijo...

Naz, qué curioso que comentes aquí mis comentarios a tu blog. Por mí genial, más movido está esto.

El gris como color me parece genial (uno de mis cuatro colores indispensables en el vestir: gris, verde, marrón y negro), pero no así como actitud. Le empleaba de manera simbólica porque la actitud de medianía (que no el punto medio) se está usando desde hace ya demasiado tiempo como excusa para no hacer nada y quedarnos tan panchos, para instalarnos en una especia de nihilismo hipócrita que reza "como no se puede hacer nada, mejor no hacer nada" y con una existencia que teme a la muerte pero también a la vida.
Nos cuesta trabajo comprometernos de verdad con algo que nos exija lo más mínimo y nos entregamos a un ni-ni, como tú publicabas, de indiferencia y apatía, caldo de cultivo para ser un ejército de bobos esperando salvadores o jefes.

El color, genial (la gama cromática puede representar la diversidad bien entendida) pero la actitud de esos que ni comen ni dejan comer... ya va siendo hora de ponerse serios y llamar a las cosas por su nombre en este reino de juegos de lenguaje y eufemismos.

Naz dijo...

jajaja
te entendí, pero tenía que defender el color gris un poquito. Como estado de ánimo, siempre lo he asociado a lo neutro, no a lo triste. Fíjate si será neutro que ni los anillos del humor son capaces de reproducirlo.
Te comento aquí porque sé lo mucho que te gusta el espectáculo en todas sus formas y consecuencias. Mi posición respecto a las entradas y comentarios es bastante ambivalente. Internet hace difícil los cambios de opinión y restringe el derecho al olvido del pasado, con tanta base de datos y tanta historia. Y a mí eso no me gusta. No hay nada más aterrador que cambiar de opinión y toparte una y otra vez con lo que te hizo hacerlo.
Pero bueno, esto es sólo lo que pienso hoy.

Terminé los exámenes por fin. Ahora a seguir trabajando mucho.

Juan Pablo Herencia dijo...

"La transición permanente es el estado más noble del hombre". J.R. Jiménez.

¿A estas alturas vamos a temerle al cambio de opinión? No pretenderás ser la misma que hace seis años, ¿no?

Ya has terminado los exámenes: ¿qué tal?
Ahora a seguir trabajando mucho: entonces de quedar... ni hablamos.

naz dijo...

Los exámenes bien, pero hasta marzo no sabré la nota.
Tengo pensado subir al centro la semana próxima, y pasaré por la consulta. Si te va bien te aviso antes y te digo el día exacto.
Si no, podemos tomarnos un café alguna tarde de lunes a miércoles (el jueves tengo óleo de 5 a 7)