El viaje a ninguna parte.

Fernando lo escuchó en su despedida. Grande hasta en sus gustos.
 
Por supuesto, no estoy hablando del disco del infumable Bunbury, sino de la película de Fernán-Gómez.
Acabo de verla por... ¿tercera vez? No sé...
Es extraño, pero en esta ocasión, al acabar la secuencia de créditos, me da por revisarme los bolsillos de dentro y resulta que me siento terriblemente solo. Ha ocurrido de repente, al pensar que el creador, actor y director de lo que acababa de ver ya no está entre nosotros.
Sé que no es noticia, claro, pero este espacio no es, lo sabes, de actualidad que digamos.
Pero eso sí, ha sido la primera vez que he visto la película pensando en mí mismo como parte del mundo del teatro, no como espectador, que también es parte, claro, sino como escritor y director.
Da miedo dedicarse a un oficio que lleva agonizando ya más tiempo que vivo (y que dure), que no ofrece ningún tipo de seguridad y, mucho menos, a quienes se arriesgan lo más mínimo o, simplemente, deciden que por ese camino no y por este, pues vamos a probar.
Echo de menos a Fernando Fernán-Gómez, pero esta vez de un modo prácticamente personal, como si echara en falta a alguien que ha estado viviendo conmigo, en la misma casa. Quizá, y solo ahora me estoy dando cuenta, se nos haya ido a todos los que nos dedicamos a esto de entretener una parte de lo que debe ser el oficio, es decir, la visión clara de que esto es, también y puede que sobre todo, un oficio.

Si algún día me llega la fama y se me sube a la cabeza (no es un deseo, pero cosas más absurdas se han visto), recordadme la furgoneta en la que viajaban rumbo final a Madrid.
Dignidad, aunque no sepa lo que es, y confort, aunque tenga que inventármelo.

Descansa en paz, amigo. Gracias a tí intuyo el destino del viaje.


Música: Ignacio Corsini - Caminito

8 comentarios:

Nazapank dijo...

Prozac Nation, de Elizabeth Wurtzel.
Me gusta Bunbury cuando logro contextualizarlo. Y Fernán Gómez también, por su tesón hasta el final.
Aunque mi atención está bastante focalizada en mi género, a veces me fijo en la alteridad.
Y en una semana ya estaré examinada^^
Un beso

Juan Pablo Herencia dijo...

Bajando y deseoso de verla, aunque la Ricci a mí... no sé, a ver qué tal.

No olvides la alteridad, aunque comprendo tu foco, desde luego, pero no olvides, que en ocasiones (muchas) nuestro foco no nos ofrece más que malos tiempos y necesitamos de otros.

Suerte con los exámenes y espero poder celebrarlos.

P.D: Que podamos, quise decir que podamos.

Naza dijo...

No,no!
Ni se te ocurra ver la película! No pierdas el tiempo, Juan Pablo. Es mala a rabiar... nada que ver con el libro.

Gracias por desearme suerte, la necesito.
Te mantengo informado^^
Un beso

Juan Pablo Herencia dijo...

Ok, descarga abortada.

Recuerda lo que hablamos con tu final de carrera. Ten confianza y ya verás.

Om mani padme hum.

polo dijo...

Un muy buen acto. Un guionista excelente. Un escritor magistral. Una persona difícilmente repetible.
A mí me caía fenomenal, ¿se nota?

Bunbury... No; no puedo. No canta.

La fama nos tira de alguna manera. ¿Qué tendrá? Para odiarla o para desearla.

Juan Pablo Herencia dijo...

La fama tiene explicaciones psicológicas bastante sencilla (que no simples) pero está tan ligada a la autoestima y a la autoimagen que no es de extrañar que se haga tanto en su nombre.

Me alegra que compartamos otro gusto más, Polo (y ya van...) y otra aversión (y ya van...)

Un abrazo.

Mameluco dijo...

Señooooooorito, Señoooorito.

Al día que murió FFGómez se acabó con el 90% del talento del cine español... ya lo dije en su día en mi blog o por esas redes de Dios.

¡Viva Fernándo Fernán Gómez!

PD: En mi humilde opinión el artista llamado Bumbury es una mierda.

Juan Pablo Herencia dijo...

Qué grande ese momento como extra con texto.

Voy a echarle un vistazo a su post.
Me alegra verle por aquí y, como esperaba, sigue sin defraudar en sus gustos y dis-gustos musicales.