No se imagina lo cerca que ha estado

Qué pronto olvidamos
las lágrimas.

En cuanto se nos acartona la cara
y aún con el salitre
doblamos la mirada con desconfianza
ante el llanto del otro.

Es sospechoso, algo trama,
lo pasa mal el pobre
pero no soy yo
y lo tratan mal
y croquetas esta noche.

Mañana te tocará llorar a ti
y yo estaré
sembrando habas
para hidrogenar mi tierra.

Vamos, que te van a dar por el culo
al menos durante tres minutos,
los justos para que yo
vuelva a enjugarte
si es que no me he cansado ya
y te enseño el cóctel
de agua del ojo y plaquetas
manando del cráneo.





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