LA PERSONA QUE DIRIGE

No tenemos ya hambre, ni miedo, ni sueño, ni nada.
Una mano con un ojo para cada uno
- Akira, el poeta que ulula
- Annymal, joya cercana
- Ben Frost, la garganta del lobo
- Color Persona, el fin de los poetas
- Círculo Escéptico, preguntas incómodas
- El retorno de los charlatanes
- Fennesz, la guitarra más allá de las manos
- Filip Sokoloff, lo que se oye tras la máscara
- Lucy Rees, chamana
- Marc Ribot, el guitarrista cansado
- On Kawara, sensei sin rostro
- Vladislav Delay, crujiente
Reanimación en el recién nacido
No me gusta este lugar.
Los sabios de la tierra
someten a sus mujeres bajo el trueno de la voz
y se quejan del mercado que les cierra las puertas de entrada.
Los sabios de la ley
sufren amnesia y se golpean la cabeza
fuertemente, fascistísimamente,
para que el daño sea irreparable.
Los sabios de la juventud
gritan mucho
y sin ton ni son
cuando no es necesario
y, de ser necesario, callan y se sonrojan.
Los sabios de la curación
medican los forros de sus bolsillos
tejidos de escroto.
Los sabios del verso
se reúnen para ver Eurovisión
vestidos a rayas sobre sus monturas
de plástico negro
y se descojonan de Artaud, viejo loco de otro mundo.
Los sabios del sonido
montan puestos de churros
y venden la masa cruda
y sienta mal
la comas como la comas.
No me gusta esta tierra
y el mar me asusta, me marea y me huele a paloma.
Toda esta mierda tiene que ver con
poemas
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6 comentarios:
Da gusto leer post como estos... y este no es el único que tienes (ahora sí es el momento de pedirte ese favor, jeje).
Muchas gracias, anonimoaveces.
¿A qué favor te refieres?
De nuevo, sin aliento. Como cuando se trabaja con recién nacidos a los que no hay cabida preguntarles si quieren o no formar parte de este mundo.
Te queda el aire, pero cada día tiene menos oxígeno y más tóxicos.
Tu prosa y verso me son más útiles que cualquier manifestación "legalmente" convocada.
Se te quiere, emigrante terrícola.
Muchas gracias, Roki.
Ante esta realidad que nos quita la posibilidad de ver muchas cosas agradables, puede que tengamos que centrarnos mucho en las cosas pequeñas y bellas.
Te echaré un ojo, guapa.
El favor era una pequeña broma, para quitarle valor al halago... ya que este debilita.
Menos mal, ya pensaba que tenía que ponerme a montarte muebles de Ikea o cosas así...
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