Deus ex machina

Un medio de fino del que me regala mi padre.
Buen tabaco en mi pipa (Savinelli) cortado por los Amish.
Vodka helado según la receta de Mendeleev.
Arroz con verduras del huerto de mi suegro con pimentón de la Vera. Bien reposado.
Un libro recién comprado de Jesús Ferrero o de Mário de Sá-Carneiro (ese olor a libro).
Una película de Lynch o de Sokúrov.
Una sonata para violoncello de Bach o un disco de Ben Frost escuchado por unos cascos Sennheiser.
Una tarde de vino y conversación con los amigos (bueno, desde pequeño, sobre todo, las amigas, ahora de todo un poco).
Un paseo en bici con el viento a favor.
El apoyo incondicional de mi pareja.
Té blanco sin azúcar.
Un correo electrónico de una paciente dando las gracias, diciendo que entiende el proceso y que está mejor.
El buen sexo (y sigo sin encontrar el malo).
Un paseo a caballo en sintonía con el animal.
Veinte minutos de zazen que acaban con una sonrisa...

Sergio Mora - Tu placer es mi placer
No, está claro que no necesito a dios para nada.

7 comentarios:

Guerrera dijo...

Así debería de ser aun cuando fallen las fuerzas.

Escuchar/nos más, valorar/nos más, ponernos a prueba, desafiar/nos, querer/nos más... sin tener que llegar al extremo de recurrir a inexistentes dioses todopoderosos que se apiaden de nosotros y vengan a salvarnos.
Lo primero no es fácil, lo segundo sí.

Estar en armonia y equilibrio con nosotros mismos es una buena receta.
Y por supuesto, si puede ser acompañada/o de todo lo que dices, mejor que mejor.
Gracias por lo que me toca.

Juan Pablo Herencia dijo...

Guerrera, de las pocas cosas que he aprendido con el tiempo es que es más fácil de lo que creía. No sencillo, desde luego, pero sí fácil.

Que las cosas que nos dan placer sean eso, productores de placer y no nuestros amos.

Un beso.

Anónimo dijo...

Cierto cierto, sobre todo el buen sexo...

jajajjaaja

Anónimo dijo...

Por cierto Don Juan Pablo necesito Bso para un viaje a venecia...me das un temita así que evoque algo ...



echame una mano anda...

jajajaj

Juan Pablo Herencia dijo...

Hola de nuevo, Anónimo.

Puesto que Venecia es la ciudad de los canales y que, para mi gusto, el agua fue lo que más disfruté de la ciudad, te propongo el doble disco que han hecho juntos el guitarrista Fennesz y el pianista Ryuichi Sakamoto. El álbum en cuestión se llama Flumina y es de este mismo año. Es suficientemente acuático (hasta la portada).

El propio Fennesz tiene, en solitario, un disco titulado Venice que seguro que puede ser una buena banda sonora.

Y si intento acercarme a la parte más ornamental de los edificios venecianos, propongo The Versailles Sessions, disco de 2008 del mexicano Murcof.

Ninguno es especialmente fácil de escuchar como tal (vamos, que no es pop al uso), pero creo que puede ser una experiencia recorrer Venecia con los cascos puestos y mirando dentro de esos colchones.

Buen viaje y que lo disfrutes.

Anónimo dijo...

muy interesante...solo que lei el post despues de haber ido...sinceramente

gracias

un abrazo pablo ya hablaremos

Juan Pablo Herencia dijo...

Bueno, escuchar esos discos no necesita demasiada excusa.