Niño muerto


Ha podido.
Me dijo que todos iban a hacerlo y que oponerse era inútil.
A cada palabra que yo escribía me mostraba seiscientas imágenes.
Yo decía "ser santo o ser muerto" y él decía "te harás mayor y no podrás correr tan aprisa".
Y me reía. ¿Acaso no sé yo de sobra la resistencia de mis piernas?
Pero bajé la guardia y me crecieron otros brazos
que amé tanto como a los míos propios
e incluso más que a los míos.
¡Qué hijo de puta!
Ahí lo vio claro. "Yo no te podré atacar a tí,
que hueles a canela y almendra
mientras te pudres,
pero le sacaré la sangre a tus nuevos brazos
y ellos vendrán a mí y dirán que no está tan mal,
que se puede jugar de otra forma,
que tampoco hay que ponerse así".

Ahora "Dança da solidão" e "Imagine" cantada por A perfect circle.
Sí, claro, ahora. ¿Acaso esperabas otra cosa?


2 comentarios:

El Cinéfilo Ignorante dijo...

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El texto es crítico. O es que yo no acierto a entrar en él.

Pero me gusta mucho la frase "bajé la guardia y me crecieron otros brazos / que amé tanto como a los míos propios / e incluso más que a los míos".

¿La fragilidad tal vez? ¿Quererse menos de la cuenta? ¿O El Regreso del Surrealismo?

UmAbruazo.
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Juan Pablo Herencia dijo...

Las tres, polo, las tres.

Cuando amas, de la forma que sea ese amor, Avalokiteshvara toma tu cuerpo y te crecen mil brazos con mil manos y mil ojos en cada una. Son cada uno de los amados y PARA cada uno de los amados.

Un abrazo, compañero.