Autoconmiserables

Últimamente veo aparecer iniciativas, por llamarlas de algún modo, que tienen que ver, en principio, con la cultura en Córdoba.
De acuerdo, quizá sea el mismo fenómeno que sucede cuando la novia tiene un retraso en la regla, que uno ve embarazadas por todos lados. Y en estas, con tanto cartelito de Córdoba 2016, puede ser que me fije más de la cuenta.
Uno, en su último reducto de inocencia, se acerca algo timorato a aquellas que son generadas por jóvenes o que, cuando menos, no tienen demasiado que ver con la administración pública.

Una vez, construyendo una fuente en una comunidad en la que pasé un verano, metí la mano en un avispero y me llevé clavados cuatro aguijones a la vez, cuatro.

Se crea una asociación que pretende tender un mantel para el diálogo entre los creadores, con especial hincapié en la literatura, en Córdoba. Y ahí que voy yo, virtualmente, claro, a meter la mano para ver qué palpo y de qué va el tema.
Y claro, qué mejor que rebuscar un poco en el blog de dicha iniciativa y leer su manifiesto fundacional.
Vale, ya la jodimos. No hay manera de pasar de la primera linea para encontrarse con unos puntos suspensivos que, en lugar de tres, son... ¡siete!
Y, desde ahí, de mal en peor. Comas donde no deberían estar, otras que faltan, puntos en mitad de una frase e incoherencias gramaticales en un texto de cinco líneas exactas (sin contar la firma).

Voy recordando que se trata de una iniciativa que pretende "aunar las disciplinas del arte y la literatura" (¿el arte es una disciplina? ¿La literatura no es parte del arte y hay que aunarla? Bueno, esto para otro post).

Y, ahora, el momento de los aguijones.
Se me ocurre dejar un comentario escrito advirtiendo que, de entrada, todo mi apoyo pero que, hasta donde yo conozco, no es la mejor tarjeta de presentación un manifiesto de un proyecto que tiene que ver con la literatura que esté plagado de errores gramaticales.

Ojo, es un documento hecho en photoshop u otro programa de diseño gráfico, es decir, que nada de "es que escribo muy rápido con el teclado y se me pasan los errores".

Ya está, dejo un comentario en un espacio público que tiene habilitada la opción de dejar comentarios.

Día siguiente (mentira, horas) y arranco el ordenador para encontrarme con un aluvión de mensajes poniéndome a caldo.
Que si quién soy yo para dar lecciones de ortografía, que qué me he creido y, el que más me ha hecho ilusión, que, y cito textualmente, "no es mejor apoyar iniciativas q estan en fase d germinar y luego ya comentar?en cordoba x desgracia hay mucha tendencia a eso, en todos los sectores.tiempo al tiempo".

¡¡Tatachán!!

Ahora resulta que una iniciativa, si está empezando, o si es de Córdoba, o si es "cultural", no puede ser advertida de que se presenta al mundo con un manifiesto lleno de errores o, lo que es lo mismo para mí, cutre a más no poder.

Creo que ya comenté en algún foro (no de internet, sino de la vida real) que estamos más que acostumbrados a darnos palmaditas en la espalda sin haber puesto nunca en entredicho el producto que ofrecemos (bueno, salvo a la espalda, en las charlas de bares, donde menos se necesita). 
No llegaremos a hacernos a la idea de que cuando uno presenta algo al público tiene que cuidar lo que está haciendo. Si vas a escribir como el culo y te la suda, pues lo escribes y lo guardas en tu puto cajón, que para ti es y debajo de mi manto, al rey mato, pero si acabas "proponiendo al espectador que sea un cómplice con nosotros" (las tildes son mías) tienes, por lo menos, que revisar y poner en tela de juicio lo que sacas a la calle.

Si un vecino mío imbécil hace una silla con tres patas, me voy a la tienda a por una para sentarme y no se la compro porque sea vecino. Eso se hace con los mantecados de navidad de los institutos, que suelen ser malísimos, porque vamos a ayudar al niño de un amigo, pero en cuestiones culturales, te metes la caja de polvorones rancios por donde yo te diga.

Y luego nos enfadamos si el diario Córdoba no nos dedica un apartado para glorificar nuestra opera magna.
Pobrecitos los creadores cordobeses, que necesitamos un trato especial.

2 comentarios:

anónimoaveces dijo...

Bien dicho.

Igual me pasa a mí cuando comento mi postura en contra de la candidatura Córdoba 2016.

Juan Pablo Herencia dijo...

Dar la opinión está muy bien visto... siempre que coincida con el pensamiento único.
Pero es que, para colmo, ni tan siquiera es una opinión lo mío. Los puntos suspensivos, por ejemplo, son tres, y eso nos lo enseñan en la escuela y no hay opinión que valga al respecto.