de tus creadores favoritos,
de tus científicos preferidos,
de tus libreros más tenaces,
de tus médicos más incansables,
de tus maestros más apasionados,
de tus locutores más claros
y escríbeles diciendo
lo mucho que les quieres,
lo mucho que te alumbran la vía,
lo mucho que te dicen,
lo mucho que te curan
y lo mucho que te acompañan.
No dejes que se sientan
nunca solos
o que pierdan la esperanza
o las ganas
o la paciencia.
Los poderes no les van a dar
tregua alguna,
así que más nos vale
a los que los necesitamos
mandarles nuestro abrazo.